GUADALCANAL. ANDALUCÍA ABRAZADA POR EXTREMADURA.
GUADALCANAL. ANDALUCÍA ABRAZADA POR EXTREMADURA.
Revista de Feria de Guadalcanal 2023
Guadalcanal
no siempre fue andaluza. Fue romana, después mora y finalmente reconquistada
por la Orden de Santiago junto a Llerena, Fuente del Maestre y Reina en 1246. A
partir de esta fecha queda anexionada a Extremadura y a la Orden de Santiago. Quinientos ochenta y siete años después, en
1833[1],
tras varios intentos y una vez suprimida definitivamente la jurisdicción civil
de la Orden de Santiago, Guadalcanal quedó encuadrada en Andalucía, en Sevilla.
En
los primeros momentos, tras su incorporación en 1246 a la Orden de Santiago Guadalcanal
carecía de término; simplemente era un asentamiento o aldea administrada desde
la villa de Reina. Pocos años después se constituyó en concejo, circunstancia
que conllevaba la asignación de un pequeño término, mucho más reducido que el
actual. Antes de finalizar el siglo XIII, o en los primeros años de la
siguiente centuria, ya obtuvo el privilegio de villa exenta de la jurisdicción
de Reina, ampliando su primitivo término con nuevas dehesas y baldíos, cuya
superficie se mantuvo mientras permaneció bajo la jurisdicción de la Orden, es
decir, el mismo que todavía poseía en 1752, cuando se contestó al interrogatorio
del Catastro de Ensenada. Y prácticamente el mismo que conserva hoy,
exceptuando el término de Malcocinado que se escindió de Guadalcanal en 1843
volviendo a ser extremeño y perteneciendo a Badajoz.
Lo
que si es cierto es que geográficamente el término municipal de Guadalcanal
parece una península que se adentra en el “mar” extremeño.
Nuestro
periplo andaluz es de apenas ciento noventa (190) años frente a los quinientos
ochenta y siete (587) que fuimos extremeños. Y eso ha dejado una huella
indeleble en nuestro ADN, que nos hace diferentes.
Una
de las señas de identidad de los guadalcanalenses es el habla, tal y como
indica la Catedrática de Lengua Española de la Universidad de Sevilla (y
guadalcanalense) María Dolores Gordón Peral ”…Como
es lo propio en una zona de tránsito, se perciben en el habla actual de
Guadalcanal tanto rasgos característicos de los hablares vecinos por el sur,
como de los hablares de las poblaciones colaterales por el norte (y estoy
pensando en concreto en los relativamente abundantes leonesismos y, en general,
occidentalismos léxicos), amén de en la peculiar entonación de la frase….De
entre los rasgos que comparte con las hablas de poblaciones fronteras por el
sur destaca el seseo…”[2]
. A veces nos confunden con nuestros vecinos pacenses por la entonación
musical al final de nuestras frases, pero a su vez nos distinguen por nuestro
seseo sibilante propio de sevillanos. Pero cuando nos oyen hablar, por esos
mundos, a veces no son capaces de situarnos, ¿de Cordoba, de Sevilla, de
Badajoz, sudamericanos….?
Otra
de las señas que identifican a los pueblos es la gastronomía. Y en esto tenemos
mucho en común con nuestros vecinos del norte. Con ellos compartimos la crianza
del cerdo ibérico, junto a otras regiones del suroeste peninsular, lo que nos
hace tener una similitud a la hora de curar los jamones y elaborar la chacina. Y
con otros platos, muy nuestros, que son más extremeños que andaluces como las
migas, la caldereta de cordero o la chanfaina.
Sin
embargo a pesar de todas estas señas de identidad comunes con los extremeños,
cuando llegó la hora de elegir, Guadalcanal quiso ser andaluza.
Entre los años 1810 y 1833 hubo varios
proyectos para la organización de las provincias en España. Esto ocasionó
discordias en los pueblos que como el nuestro eran fronterizos.
En
el proyecto de 1810 Guadalcanal seguía perteneciendo a Extremadura, pero en los
siguientes de 1813,1822 y 1829 y en el definitivo de 1833
ya aparece en la provincia de Sevilla.
En
aquella época Guadalcanal formaba una “comunidad
de pastos” con Azuaga, Valverde y Fuente del Arco, que permitía a los
vecinos de estos pueblos el poder disponer de forma conjunta e indistinta de las
tierras de estas poblaciones para cazar, pescar, recolectar frutas, maderas,
hierbas, etc. Con su incorporación a
Sevilla este acuerdo se perdería y con ello el beneficio económico que suponía
para los guadalcanalenses. Además de esto Guadalcanal propone que para pasar a
Sevilla tendría que ser cabeza de partido judicial, y la razón que esgrime, es
que geográficamente está en el punto céntrico entre Cazalla, Alanís, San
Nicolás del Puerto, Azuaga, Valverde, Fuente del Arco y Puebla del Maestre.
Pero
nada sale como proponen, pierde la comunidad con los pueblos extremeños, al no
pasar estos a Sevilla, y pierde la posibilidad de ser cabeza de partido
judicial, que queda en Cazalla. Y además, años después en 1840, perderá la aldea
de Malcocinado, que se convierte en un municipio de la provincia de Badajoz.
Si
no fuese por su antena de televisión o por la batalla entre EEUU y Japón en la
2ª Guerra Mundial que se disputó en la Isla que descubriera nuestro paisano
Ortega Valencia en el Pacifico, Guadalcanal sería una desconocida, lejos de
Sevilla, lejos de Badajoz, lejos de todo…Y aunque esto es una desventaja en múltiples
aspectos, y que daría para escribir cientos de líneas, también ha permitido que
Guadalcanal haya mantenido una estructura urbanística que la identifica como
uno de los pueblos blancos de Sierra Morena con mas encanto.
Foto del autor
También
ha permitido que tengamos una sólida cultura popular que logra que Guadalcanal,
hoy en día, destaque por las múltiples manifestaciones artísticas, folklóricas,
religiosas y culturales que se materializan en sus numerosos escritores,
actores, compositores, poetas, cantantes, pintores, músicos, cofrades, etc… que
surgen directamente del conjunto de creencias, valores y tradiciones que nuestro
pueblo ha atesorado a lo largo de su extensa historia.
Foto del autor
Rafael
Ángel Rivero del Castillo
rafaelangelriverodelcastillo.blogspot.com
Granada, marzo de 2023
BIBLIOGRAFÍA:
¾ Fonética y habla en Guadalcanal en los
siglos XVI al XVIII. María Dolores Cordón Peral. Problemas y
Métodos en el Análisis de Textos. Universidad de Sevilla. 1992.
¾ La orden de Santiago en Extremadura en
la baja Edad Media (siglos XIV Y XV). Daniel Rodríguez Blanco.
Excma. Diputación de Badajoz. 1985.
¾
La división territorial en España: 1825-1833. Manuel
Morán. Revista Reala, núm. 247. 1990.
¾
La villa y encomienda santiaguista y extremeña de
Guadalcanal. Manuel Maldonado
Fernández. Revista de Estudios
Extremeños. Tomo LXVI, Número II, pp. 753-788. 2010.
[1]
División territorial
de España en 1833. Organización territorial de
España en provincias. Fue obra del absolutista «reformista» Javier
de Burgos después de la muerte del rey Fernando
VII y bajo la Regencia de María
Cristina de Borbón.
Fue aprobada mediante un decreto de 30 de noviembre de 1833
[2]
“Fonética y habla en Guadalcanal en los siglos XVI al XVIII”. María
Dolores Gordón Peral. Problemas y Métodos en el Análisis de Textos .Universidad
de Sevilla 1992.
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