CHICHARRAS

Uno de los recursos que tiene la memoria, al menos la mía, para rememorar recuerdos, es volver al lugar donde se han vivido emociones intensas. Momentos felices o desgraciados, que el terco fluir del tiempo pasado, ha cubierto con una pátina roñosa que de repente desaparece y nos transporta inesperada e involuntariamente a una realidad que provoca la aparición de sentimientos arrinconados en algún resquicio de nuestra mente y que erizan la piel, provocan temblores, y lágrimas casi siempre. En cuanto bajé del coche y renuncié al frio del aire acondicionado, un aire abrasador me rodeó y un sol intenso desde su punto más alto, me obligó a entrecerrar los parpados para amortiguar la luz cegadora, que caía sobre mí. A partir de ahí, las imágenes acudieron con claridad, y mis sentidos se pusieron alerta, lo siguiente que percibí fue el sonido chillón, constante de las chicharras, incansables. Comencé a subir por el carril pedregoso, seco, en cuyos bordes se alzaban cardos y pastos ti...