GUADALCANAL Y EL AGUA

 

GUADALCANAL Y EL AGUA.

                                                                           Revista Guadalcanal 2025

El agua, elemento cuyas moléculas están compuestas por dos átomos de hidrogeno y uno de oxigeno, es indispensable para la vida. Nuestro cuerpo está formado por un 70% de agua y nuestro planeta, la Tierra, tiene dos de tres partes sumergidas en este elemento.

Para entender la importancia que para nuestra subsistencia tiene este recurso hemos de diferenciar las masas de agua, a grandes rasgos, en superficiales y subterráneas.

 

Las superficiales son aquellas aguas, quietas o corrientes, que se encuentran en la superficie del suelo y que, de forma general, son fruto de las precipitaciones.

 

Las aguas subterráneas son, según la Ley de Aguas[1]: “las que permanecen bajo la superficie del suelo en la zona de saturación (zona situada encima de la capa impermeable donde el agua rellena todo el espacio disponible) y en contacto directo con el suelo o el subsuelo”. [2]

La Ley de Aguas también considera acuífero: “a una o más capas subterráneas de roca o de otros estratos geológicos que tienen la suficiente porosidad y permeabilidad para permitir ya sea un flujo significativo de aguas subterráneas o la extracción de cantidades significativas de aguas subterráneas”[3]

Una vez aclarados estos conceptos podemos enunciar que en España hay un volumen de recursos renovables de agua subterránea que puede estar entre los  20.000 y 30.000 hectómetros cúbicos[4] al año. Esto en un país donde las precipitaciones son cada vez más escasas es un bien esencial para nuestra existencia y a la vez una amenaza ambiental si su gestión no es la adecuada.

Las aguas superficiales y las aguas subterráneas están íntimamente relacionadas, de esta forma el agua subterránea aflora en fuentes y manantiales para seguir su curso por la superficie exterior y en otros casos el agua superficial se filtra y pasa a formar parte de la masa de agua subterránea. En ocasiones los ríos de la superficie sirven de desagüe natural de las corrientes subterráneas, y este es el motivo por el que algunos de ellos sigan llevando agua aun cuando hayan transcurridos largos periodos sin precipitaciones.

La relación entre el agua de superficie y el agua subterránea se aprecia claramente en el cauce de algunos ríos, donde la relación entre ambas permite tomarlas como un todo. Cuando el agua circula por un cauce asentado en un terreno permeable, una parte del caudal circula por los poros de ese terreno formando un caudal de aguas subterráneas que discurre a la par que el de la superficie. Cuando el nivel del agua se sitúa por debajo de la superficie del cauce, la totalidad del agua es subterránea.

A pesar de esto, existen diferentes características entre aguas superficiales y subterráneas, tales como:

1.    La velocidad de desplazamiento. En la superficie las aguas se desplazan a mayor velocidad que las subterráneas.

2.    El volumen de agua subterránea es mucho mayor que el de las aguas superficiales.

3.    Las aguas superficiales se concentran en ríos, lagos o embalses y las subterráneas ocupan extensiones bastante más amplias que las superficiales.

4.    Las aguas superficiales están sujetas a grandes variaciones de caudal, mientras que por el contrario las subterráneas experimentan muy pocas variaciones.

 

Guadalcanal se asienta en la Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir. El término municipal se divide en dos subcuencas, de ríos afluentes del Guadalquivir:

 

·         Subcuenca del rio Viar.

·         Subcuenca del rio Bembézar.

 

 


Cuenca Hidrográfica del Guadalquivir.[5]

 

En la subcuenca del rio Viar, al sur de la población y que da caudal al embalse del Pintado, encontramos como principales cursos de agua superficiales el arroyo de San Pedro y el arroyo de los Molinos. Ambos desaguan en la rivera de Benalija, que a su vez desemboca en el Viar.

En la subcuenca del Bembézar, al noroeste de la población, encontramos, entre otros, el rio Sotillo que discurre por la frontera con Badajoz y el arroyo de Guaditoca. Ambos desembocan en el Bembézar.

Pero el caudal de estos cursos de agua depende de las precipitaciones, a veces escasas.

 

Pero afortunadamente Guadalcanal se asienta sobre un acuífero. El denominado acuífero Guadalcanal-San Nicolás.

Este acuífero se localiza en el extremo norte de la provincia de Sevilla y bajo los términos de Guadalcanal, Alanís y San Nicolás del Puerto. Tiene una superficie de afloramientos permeables de 160 km2 y presenta una forma alargada en dirección NO-SE, con una longitud de 35 km y una anchura media de unos 4 km.


Ilustración de la Guía Didáctica de los acuíferos del parque natural de la Sierra Norte[6]. 

Los cursos de aguas superficiales más importantes en la zona del acuífero son la rivera de Huéznar, que nace en las inmediaciones de San Nicolás del Puerto, y la rivera de Benalija, cuyo nacimiento se localiza al noroeste de la localidad de Alanís. Estas masas de agua en superficie producen una conexión rio-acuífero, que varía dependiendo de la época del año. En época de elevadas precipitaciones el nivel del acuífero (nivel piezométrico)[7] aumenta y aporta agua al rio, y por el contrario en época de sequía el acuífero recibe agua del rio, como consecuencia de la pérdida de nivel del primero.

Ilustración de la Guía Didáctica de los acuíferos del parque natural de la Sierra Norte.[8]

En cualquier acuífero se observa un proceso de recarga y de descarga de la masa de agua que lo compone.

La recarga principal de este acuífero se produce a partir de las precipitaciones y la infiltración de agua de lluvia a través de la superficie permeable. También, aunque en menor medida por recarga directa de los cauces de ríos y arroyos de la zona, cuando están por encima del nivel del acuífero. Este proceso destaca principalmente en el tramo de la rivera de Benalija que discurre al este de la sierra del Agua.

La descarga del acuífero se realiza en dos puntos diferentes. Por una parte, en el sector occidental, al oeste de la rivera de Benalija, donde el alivio de agua se ejecuta por bombeo en las captaciones de abastecimiento a Guadalcanal y a Alanís; y en menor medida por la salida de agua en manantiales y pozos. En la mitad oriental, es decir, al este de la rivera de Benalija, la descarga de agua más importante se produce en el nacimiento de la rivera de Huéznar, en San Nicolás del Puerto. Además de algunos manantiales, pozos y del abastecimiento a San Nicolás junto al nacimiento del Huéznar. El nacimiento del Huéznar no es solo el manantial más caudaloso del acuífero Guadalcanal-San Nicolás, sino que es el más caudaloso de la provincia de Sevilla. Tiene un caudal medio de 150 litros por segundo, con caudales máximos que han superado en ocasiones los 500 litros por segundo. Este caudal desagua en el embalse del Huéznar al sureste del Pedroso.

Podemos sentirnos afortunados de vivir sobre un tesoro valorado como el oro en otras partes del planeta donde la escasez de agua o su mala gestión es una amenaza diaria para millones de personas.

 



Foto del autor.

 

El agua no solo es indispensable para los procesos corporales vitales. Es esencial para la agricultura, la ganadería o el uso doméstico. El ciclo hidrológico es de vital importancia para nuestros ecosistemas naturales, tanto en su estado liquido, solido o gaseoso y tanto, como hemos visto antes, sobre la superficie de la tierra o bajo ella.

Es por tanto deber de cada uno de nosotros proteger, en la medida de nuestras posibilidades, este bien que nos ofrece la naturaleza y obligación de las autoridades gestionar adecuadamente su uso.

 

 

Rafael Ángel Rivero del Castillo

Granada, marzo de 2025

 

BIBLIOGRAFÍA:

“Aguas Subterráneas”. José Luis Fuentes Yagüe. Ingeniero Agrónomo. Hojas Divulgadoras. Nº 1/92 HD. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Instituto Nacional De Reforma Y Desarrollo Agrario Dirección General de Infraestructuras y Cooperación. Madrid. 1993.

 

“Texto Refundido de la Ley de Aguas”. Real Decreto Legislativo 1/2001 de 20 de julio. Ministerio de Medio Ambiente «BOE» núm. 176, de 24 de julio de 2001.

 

“Guías didácticas de los acuíferos del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla”.

J.A. López Geta, M. Martín Machuca, C. Mediavilla Laso, A. Cosano Prieto, J.L. Girón Méndez, coordinadores.- Madrid: Instituto Geológico y Minero de España; Diputación de Sevilla. 2011.

 

“Del valle del Guadalquivir a Sierra Morena: un recorrido por la Geología de la provincia de Sevilla”. F. Moral, J.C. Balanyá, M. Rodriguez-Rodriguez, I. Expósito, M. Díaz. Universidad Pablo de Olavide. Sevilla. 2011.

 

 



[1] Texto Refundido de la Ley de Aguas (TRLA). Real Decreto Legislativo 1/2001 de 20 de julio. Ministerio de Medio Ambiente «BOE» núm. 176, de 24 de julio de 2001.

 

[2]Artículo 40 bis c. del TRLA.

 

[3] Artículo 40 bis d. del TRLA.

 

[4] Un hectómetro cúbico equivale a  mil millones de litros de agua (1.000.000.000 litros).

[5] https://www.chguadalquivir.es/la-demarcacion-hidrografica-del-guadalquivir

[6] Guías didácticas de los acuíferos del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla /J.A. López Geta, M. Martín Machuca, C. Mediavilla Laso, A. Cosano Prieto, J.L. Girón Méndez, coordinadores. - Madrid: Instituto Geológico y Minero de España;

Diputación de Sevilla, 2011. ISBN 978-84-7840-862-7.

 

[7] Nivel piezométrico: Altura de la columna de agua que equilibra la presión del agua del acuífero en un punto determinado. Esta referida a una altitud determinada. Representa la energía por unidad de peso de agua. En acuíferos libres, coincide con el nivel freático. En acuíferos confinados, el nivel piezométrico está situado por encima del nivel freático.

[8] Ibídem 6.

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