GONZALO GARCÍA ZORRO, GUADALCANALENSE, CONQUISTADOR, FUNDADOR Y ALCALDE DE BOGOTÁ (COLOMBIA) Y GONZALO GARCIA ZORRO, CLÉRIGO, PRESBÍTERO, MAESTRO DE CAPILLA DE LA CATEDRAL DE BOGOTÁ Y PRIMER MÚSICO COLOMBIANO.

 

            Tal y como sucedió con otras familias de conquistadores que partieron de Guadalcanal en el siglo XVI[1], encontramos personas con nombres y apellidos similares. En esta ocasión son padre e hijo, mismo nombre, pero diferentes caminos.

 

            El primer Gonzalo García Zorro nació en Guadalcanal en 1500, hijo de Diego Alonso Zorro y de Teresa González de Sancha, tenía un hermano y una hermana. Siendo muy joven se enroló en los ejércitos de Carlos I (rey de España entre 1516 y 1556). Años después, en 1534 embarcó con la expedición del adelantado Gonzalo Jiménez de Quesada al Reino de Nueva Granada (actual Colombia).

             El general Quesada, en 1537, movilizó una fuerza de ochocientos hombres distribuidos en ocho compañías, con cien caballos de pelea y de carga; Gonzalo era el alférez mayor de la caballería. Seiscientos hombres avanzaron por tierra y los demás navegaron por el río. De esta forma conquistaron la tierra de los Muiscas[2] que posteriormente se llamaría Nuevo Reino de Granada. La actuación de Gonzalo, hubo de ser notable puesto que en sus memorias, el general Quesada, en agradecimiento anotó: “El capitán Gonzalo García Zorro tiene calidad, y aunque no entró conmigo por capitán, entró por alférez de a caballo, portando orgullo y estandarte…”

            Nuestro paisano aparece en la lista de fundadores de la ciudad de Bogotá, que tuvo lugar el 6 de agosto de 1538. Tras la conquista recibió el título de capitán y la encomienda de Fusagasugá. Posteriormente, en 1541 fue enviado por Hernán Pérez de Quesada (hermano del general Gonzalo Jiménez de Quesada) a fundar la ciudad de San Gabriel del Cocuy (actual Cocuy).

            En 1542 se casó con Francisca Pimentel, viuda, con quien no tuvo hijos. Llegó a alcanzar una buena posición, de manera que fue encomendero (alcalde) de Santafé, actual Bogotá capital de Colombia, en los siguientes años: 1544, 1545, 1548, 1550, 1553, 1556 y 1564. Una vez terminada su trayectoria militar continuó viviendo en Santafé, y en 1561 tomó parte activa convocando y equipando tropas contra el tirano Aguirre[3].

            Gonzalo que no había tenido hijos con su esposa, tuvo posteriormente dos, Gonzalo y Diego a los que reconoció como legítimos, hijos de Margarita, princesa Chibcha (muisca), sobrina carnal del rey Tisquesusa[4], de la genuina aristocracia colombiana y descendiente de los reyes indios.

También tuvo una hija, Francisca, fruto de su amor con otra india, Luisa.

            En 1566 falleció trágicamente en un torneo conocido como “juego de cañas”[5] al ser alcanzado por una lanza en la cabeza.

                   

                                                   Conquista de Bogotá, 6 de agosto de 1538
 

            El segundo Gonzalo García Zorro, nació en Santafé en 1548. Hijo del anterior y reconocido como legítimo igual que su hermano Diego y su media hermana Francisca, y que por ser mestizos mantenían los mismos apellidos del padre.

            Por ser mestizo estaba relegado a un segundo plano, probablemente la única y lejana posibilidad de destacar en aquella cerrada sociedad era vinculándose al clero. Desde niño destacó por su inteligencia, su baja estatura, su tez cobriza, su rostro alunado, con pómulos bien definidos y ojos algo rasgados. Con nueve años era monaguillo y con doce sacristán y a los trece años mostraba tal dominio de las materias que había aprendido, que fue nombrado maestro de la única escuela que había en su tierra natal, Santafé de Bogotá.

            Después de haber sido niño de coro fue el iniciador de la educación musical. En 1575 fundó la primera escuela de canto del Nuevo Reino de Granada y posteriormente desempeñó el cargo de maestro de capilla[6] de la catedral de Santafé de Bogotá.

            En 1575 alzó información de sus méritos y de los de su padre, alférez general en la conquista del Nuevo Reino, en solicitud de una canonjía en la Catedral Metropolitana. Como además de estos méritos había desempeñado el de cura de la catedral, la Real Audiencia elevó informe al monarca, el 29 de abril de 1578, en el cual declara que era persona benemérita pero que como mestizo, en su calidad de hijo del capitán García Zorro y de una india, no convenía darle la canonjía.

            Sin embargo, en 1585 consiguió canonjía en la catedral de Santafé, nombrado por el rey Felipe II. Pero el Capítulo Metropolitano, integrado exclusivamente por españoles, no admitió la célula del monarca y acotó el despacho suplicando al rey que anulase esa prebenda para un mestizo. Mientras la corona se pronunciaba, tejieron una falsa acusación de malversación de diezmos y consiguieron que el arzobispo lo recluyera en la casa cural.

            El arzobispo revisó minuciosamente los cargos y, después de dos meses, concluyó que la acusación se basaba en falsos testimonios y que se había cometido una injusticia. Para reparar el daño pidió excusas a García Zorro y le ofreció el cargo de párroco en la iglesia recién erigida de Nuestra Señora de las Nieves, en el primer barrio del norte de la capital, que desde entonces sería llamado de las Nieves. Gonzalo agradeció pero no aceptó.

            En su lugar pidió autorización para viajar a España, a la corte, a reclamar la canonjía denegada por el Capítulo Metropolitano, a lo que el arzobispo accedió. De esta forma, con sus escasos ahorros y dando misas por el camino, al cabo de año y medio se presentó en la nunciatura de Madrid. Allí el nuncio le aconsejó que acudiera a Roma, directamente al Papa. Y un año largo después, con tesón de artista, consiguió Gonzalo un escrito del pontífice corroborando su canonjía.

            A los cuatro años de haber partido, en 1589, llegó a Santafé con su pergamino papal, pero de nuevo y haciendo gala del lema tan español de “se obedece, pero no se cumple", se le volvió a denegar su solicitud de ser canónigo.

            Pero el tesón y la ilusión de verse desde los maitines hasta el avemaría pegado a un instrumento musical, le mantuvo en sus trece, empeñándose casi a diario durante varios años. Así pasaron diez años y en 1599 una nueva Real Audiencia presidida por Francisco

de Sande intervino a su favor y con los votos de dicho presidente y de los oidores Gómez de Mena, Vásquez de Cisneros y Tello de Erazo, resolvió en beneficio del mestizo, concediéndole al fin la ansiada canonjía y teniendo el honor der ser el primer canónigo mestizo del nuevo mundo.

            Gonzalo García Zorro pudo tomar posesión definitiva de su canonicato en el que se mantuvo casi veinte años, hasta su muerte en 1617, dedicando más de diez horas diarias a la música, su verdadera vocación.

            Murió el día veinticuatro de marzo de 1617, Viernes Santo. Está enterrado en la capilla del Apóstol Santiago, de la que fue el primer patrono. Esta capilla era la más antigua de la catedral de Santafé y fue fundada por su padre, el capitán García Zorro, para entierro suyo y de sus descendientes y a la que dotó de grandes rentas.

            Si el capitán Gonzalo García Zorro, nacido en Guadalcanal, destacó por ser un indómito guerrero, conquistador, colonizador y fundador de ciudades, su hijo no solo fue el primer músico colombiano, sino que su vida fue ejemplo de tesón y pugna para que los mestizos pudieran ser aceptados y reconocidos en las cerradas clases sociales españolas de aquella época en el Reino de Nueva Granada (actual Colombia).

 

 

Rafael Ángel Rivero del Castillo

Sevilla, marzo de 2022  

rafaelangelriverodelcastillo.blogspot.com

 

 

BIBLIOGRAFÍA

-“Biografías de hombres ilustres o notables, relativas a á la época del descubrimiento, conquista y colonización de la parte de América denominada actualmente EE. UU. de Colombia”. Soledad Acosta de Samper. Imprenta de la Luz. Bogotá. 1883.

-“Documentos sobre tierras y capellanía fundadas por Gonzalo García Zorro”. http://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/2.5/co/

-“El mestizo evanescente: Configuración de la diferencia en el Nuevo Reino de Granada” Joanne Rappaport. Editorial Universidad del Rosario. Bogotá. 2018.

-“Genealogías del Nuevo Reino de Granada”. Tomos I y II. Juan Florez de Ocariz. Publicación del Archivo Histórico Nacional de Colombia. 1943. Edición original publicada en Madrid en 1674 (Tomo I) y 1676 (Tomo II).

-“Gonzalo García Zorro (1550-1617): el primer músico colombiano”. Jaime Perea Rodríguez.

http://www.cervantesvirtual.com/obra/gonzalo-garcia-zorro-1550-1617-el-primer-musico-colombiano-909877

-“Historia general de las conquistas del Nuevo Reino de Granada”. Lucas Fernández Piedrahita. Imprenta de Medardo Rivas. Bogotá. 1881. Edición original publicada en Amberes en 1688.

-"Mestizos heraldos de Dios. La ordenación de sacerdotes descendientes de españoles e indígenas en el Nuevo Reino de Granada y la racialización de la diferencia 1573-1590".  Hernández Carvajal, M. E.; Cobo, J. F. Juan Fernando Cobo Betancourt. Bogotá. 2012.



[1] Véase “Hernán González Remusgo de la Torre y Hernán González de la Torre. Guadalcanalenses, conquistadores, pacificadores y regidores de la ciudad de Lima (Perú)”. Rafael Ángel Rivero del Castillo. Revista de Feria de Guadalcanal 2021.

[2] La civilización Muisca (o Chibcha) floreció en la antigua Colombia entre el año 600 y el 1600. Su territorio abarcaba lo que hoy en día es Bogotá y sus alrededores.

[3] Lope de Aguirre, apodado el Loco pinto, el Tirano o el Peregrino (nacido entre 1511 y 1515 - 27 de octubre de 1561), fue un explorador español y conquistador de Sudamérica que protagonizó episodios de cruentos asesinatos selectivos para erigirse en líder de una expedición en la búsqueda de El Dorado.

[4] Rey de La Confederación Muisca, organización político-administrativa que agrupó a los muiscas en el territorio central de la actual República de Colombia antes de la conquista española.

[5] Especie de justa o torneo que se disputaba entre varias cuadrillas de caballeros ricamente ataviados y a caballo, que se perseguían arrojándose lanzas sin puntas “las cañas” y se protegían con escudos de cuero endurecido.

[6] El oficio de maestro de capilla tiene a su cargo el gobierno de la música. Son obligaciones suyas, entre otras, vigilar junto con el sochantre a que en el coro se guarden la compostura y piedad que exigen los lugares santos y tocar el órgano.


 


                                            

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